miércoles, 3 de abril de 2013

Ventanas al cielo

A veces, cansado de ver como el mundo decae y se corrompe a mi alrededor  me pregunto si no sería mala idea coger las ventanas y colocarlas en el techo. De este modo solo vería la imagen luminosa y naïf del cielo infinito surcado por nubes pasajeras pregoneras del tiempo en sus dos variantes, climatológica y temporal, y alguna que otra paloma o gorrión (si es que todavía existen) como testigos inocentes de que aún hay vida ahí fuera. Algunos me tacharán de cobarde diciendo que uso la misma táctica que el avestruz frente a los problemas pero al revés, mirando al cielo. Puede ser... aunque pensándolo bien, prefiero ser un cobarde que no un loco rabioso y resentido. Además, la luz cenital tiene una gracia especial ¿no creen?













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