El estudio de arquitectura e ingenieria YLAB Arquitectos se encargó del proyecto de reforma y decoración de este apartamento, de 130 m² y un patio interior de 20 m², ubicado en un edificio de patrimonio cultural dentro de las murallas del Barrio Gótico de Barcelona.
El salón está ubicado en el centro de la vivienda y, desde aquí se accede, por un lado, a la cocina y al comedor, y por otro, al dormitorio y al baño. Este ambiente, con mobiliario modular y exento, que puede configurarse según cada ocasión, se concibió como un marco blanco perfecto. Para ello fue necesario rectificar las paredes existentes, recuperar los huecos de paso con arcos superiores según la simetría original, y rehacer las carpinterías exteriores sin perder su esencia original.
El proyecto de reforma consistió en reinterpretar la estructura espacial existente, de salas distintas con usos y ambientes diferenciados, para adaptar la nueva distribución a las necesidades de su propietario. Se respetaron elementos originales de la vivienda, como los techos tradicionales catalanes con vigas de madera y arcos de bovedilla o las carpinterías exteriores con contraventanas de madera y se crearon nuevas conexiones visuales; si las salas amplias y luminosas antes se comunicaban a través de grandes huecos de paso con arco, ahora se independizan mediante puertas correderas de cristal.
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Según Tobias Laarmann y Yolanda Yuste López, autores de la reforma, el objetivo consistió en “conseguir un entorno tranquilo que posibilitara la intimidad y el trabajo de su propietario, una persona joven, pero que a la vez fuera un lugar social y de encuentro para comidas y fiestas con amigos y familiares”. De ahí que se crearan dos ámbitos: uno abierto y social formado por la cocina, el comedor y el salón, y otro privado, compuesto por el dormitorio y el baño.
La cocina, concebida como un espacio para reuniones, recoge influencias de los cafés antiguos. El resultado es un ambiente acogedor y elegante, con un puntito de sofisticación.
El techo y algunos frentes están panelados en madera con listones de pino macizo teñidos, montados artesanalmente. Los muebles de la cocina, igual que la mesa del comedor, se realizaron con paneles metálicos en color bronce. Las lámparas de techo, en pan de oro y cristales de Swarovski, aportan brillos metálicos en contraste con la calidez de la madera. Al fondo, una pared de vidrio color antracita independiza un pequeño dormitorio de invitados del resto de la estancia.
El dormitorio principal, sereno, se decoró en tonos tostados. Al ser neutros, constituyen un fondo ideal para resaltar los complementos en azul grisáceo. Esta estancia está unida al baño mediante un distribuidor. Como es el único baño de la casa, sus puertas se han definido de forma que el eje distribuidor-baño pudiera formar parte tanto del dormitorio como del salón.
El baño también se ha definido como un espacio de relax, íntimo y sensual. Sus paredes están enteramente paneladas en tablero fenólico acabado en alto brillo, ocultando el almacenaje y una iluminación perimetral indirecta a base de Led’s programables. Todos los sanitarios son exentos y de formas redondeadas, para dar más sensación de amplitud. La zona de ducha e inodoro quedan ocultas tras un vidrio mate. El pavimento de cemento continuo, las paredes y las nuevas carpinterías de madera, todo en color blanco marfil, son elementos comunes en toda la vivienda. Tienen un doble objetivo: regalar luminosidad al interior y servir de hilo conductor a través de los distintos ambientes.
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