Antiguo Molino

Por nuestras cabezas siempre ronda la vaga idea de dejar la ciudad para ir a vivir al campo, para mi personalmente, nunca es el momento idoneo y siempre pongo el pretexto de que quizá cuando tengamos hijos...creo que en ese momento mis prioridades cambiaran y todavía lo tendré menos claro. Esto me constata que mi intención de vivir en un pueblo es más que escasa pero como segunda vivienda me parece de lo más atractiva, y si se presenta la opción de tener una vivienda de estas características...una no es de piedra y todavía la hace más atractiva.

Este antiguo molino de aceite del siglo XII situado en Extremadura fue restaurado manteniendo la esencia de lo que antiguamente había sido. Anteriormente perteneció a los monjes jerónimos, permaneció en funcionamiento hasta finales de los 60. Y si en el siglo XIX los propietarios mostraron su intención de conservarlo intacto, también los actuales dueños han apostado por ello. Así se lo transmitieron al arquitecto Ricardo Elizondo que, después de veinte años de absoluto abandono, lo ha sabido rehabilitar a la perfección respetando en todo momento el espíritu del viejo molino de aceite.

Los muros estaban en perfecto estado y apenas hubo que tocarlos, el tejado en cambio estaba completamente destrozado y hubo que construirlo de nuevo. En el interior se ha querido respetar la misma esencia, las puertas se han mantenido en lo posible, restaurándolas con maderas antiguas, como contrapunto el pavimento interior de la vivienda es un revestimiento continuo de resinas cementosas en un luminoso gris claro y un mobiliario actual con tejidos claros y alegres ademas de las obras de arte que cuelgan de las paredes de piedra. El resultado es más que satisfactorio.