A menudo, viajando en autocar o en coche, vemos a lo lejos casonas de campo, bien solitarias o bien formando parte de un pequeño pueblo, que nos llaman la atención por su aplomo, su simetría naíf (como dibujada por un niño) y por su proporción imprecisa pero bella. Entonces fantaseamos sobre posibles reconstrucciones de alguna de éstas casas, supuestamente heredada por algún familiar lejano inesperado. Ésta casa en Treia (Marches-Italia) firmada por los arquitectos suizos Gerome Demeuron y Markus Wespi, es un excelente ejemplo de remodelación de una casa antigua de campo en la que se ha respetado su aspecto externo (ya sea por normativa o por deseo propio), sin renunciar a la estética y comodidades de una vivienda contemporánea. Es una solución sencilla y efectiva que crea un interesante dialogo entre las dobles alturas del delicado interior minimalista y la carcasa añeja y robusta que lo rodea. Sin duda una gran idea a tener en cuenta para el próximo viaje.
Fotógrafias de Hannes Henz.
Wuaoooo que bañera
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