Están aisladas de las olas de calor del agosto andaluz y también de los fríos del duro invierno granadino. En realidad, en su interior, la temperatura apenas varía a lo largo del año. Por eso, miles de familias granadinas han convertido las cuevas en su vivienda desde la época nazarí. Hoy siguen siendo residencia habitual de 10.500 personas (en un total de 3.500 alojamientos), pero también una singular manera de hacer turismo en una región repleta de atractivos.
La Asociación Andaluza de Turismo Rural en Casas Cueva, que representa a los propietarios de 12.000 cuevas más allá de las fronteras de la región, ha reivindicado la calidad de sus instalaciones en un mes de agosto que mantiene los niveles de ocupación de años anteriores.
El sector de alojamientos rurales en casas cueva movió el pasado año más de doce millones de euros en Andalucía, la mayor parte en la provincia de Granada, y afronta lo que queda de verano con una media de ocupación que ronda el 50 por ciento, una cifra muy similar a las de años anteriores.
"Se sortea muy bien la crisis, con algo más de complicación en verano porque vivimos de un turismo nacional que este año tiene menos recursos, pero las reservas son similares a las de otros años en una temporada que no es la más fuerte", ha explicado López.Según ha detallado el gerente de la Asociación Andaluza de Turismo Rural en Casa Cueva, Eufemio López, el sector ha mantenido suatractivo turístico durante los primeros meses del año y afronta agosto con la mitad de sus plazas ocupadas.
Durante el pasado año, cerca de 50.000 personas se alojaron en estosestablecimientos bioclimáticos, la mayoría construidos en cerros en los siglos XIX y XX y adaptados a las necesidades actuales.
"Tenemos el 80 por ciento de las cuevas que existen en Europa y ofrecemos al turista una manera singular de alojarse, con establecimientos que están muy mimados y cumplen todos los requisitos de cualquier alojamiento rural", ha detallado el gerente de la Asociación.
Aunque las cifras de ocupación se alejan del 80 por ciento que logran en temporadas como la navideña, los responsables de la Asociación afrontan el año con optimismo ya que la mayoría de los propietarios de los alojamientos los tienen como una actividad económica complementaria.
"Cuando aprieta el calor, las cuevas se convierte en un oasis perfecto que te permite dormir con mantas, ya que mantienen la misma temperatura durante todo el año, de entre 17 y 20 grados en su interior", ha destacado Eufemio López.
La oferta de la Asociación incluye alojamientos adaptados con todas las comodidades que permiten a los usuarios desde el descanso tradicional de estas construcciones trogloditas a un jacuzzi dentro de la montaña.
Fuente: El Mundo.es
sabes que mis padres tienen una cueva en Epila?lo que ahora hace muchos años que no vamos
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