Hoy presentamos una más que aceptable propuesta de extensión para una típica casa burguesa inglesa. Se trata de un volumen blanco de aspecto modernista adosado a la parte posterior del edificio existente y que sirve como telón de fondo de un soberbio y frondoso jardín inglés. Su programa es sencillo, un salón comedor con cocina americana integrada en la planta inferior y el dormitorio principal en la planta superior. Cobra especial protagonismo la enorme ventana que abarca ambos pisos, la cual inunda el interior de abundante luz natural (un bien muy preciado en éstas latitudes) y facilita una excepcional visión panorámica del jardín. La paleta de colores está deliberadamente restringida al blanco y gris de la edificación existente, creando una elegante y sofisticada sensación de conjunto. Solo una misteriosa y relevante nota de color (a juego con la isleta de la cocina): un gran cuadro de un hermoso caballo presidiendo la estancia y cuyo origen y significado os dejo a que os aventuréis a descifrar.
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