España tiene un riquísimo patrimonio, no solo monumental y artístico sino también en cuanto a construcciones rurales a menor escala se refiere. España es un país de pueblos (ahora menos que antes) que aun mantiene vivas muchas tradiciones y formas de vida eminentemente rurales. Es un estupendo legado que no debemos dejar escapar en el olvido, sino mas bien promoverlo y aprender a venderlo como han hecho en otros países como Italia y Francia, donde ya ha pasado a formar parte de sus señas de identidad de gran valor turístico y medioambiental. Olvidémonos de las ciudades (muchas ya no tienen solución después del último boom inmobiliario) y centrémonos en los pueblos, pero esta vez con cabeza.
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