Hay farmacias que se desmarcan de los meros dispensarios de medicamentos esparcidos por nuestros barrios y pueblos. Éste en concreto, situado en la localidad de Santa María del Águila, ha optado por la acertada idea de que el propio espacio fuera como un juego de niños tradicional e imperecedero; un mikado o juego de palillos chinos, con sus palos de madera clara que, lanzados al azar, dejan su rastro por todo el local.
Se demolió parte de la edificación, se volvió a construir, se desvistieron paredes y fachadas y se creó un nuevo volumen blanco, lleno de luz. En total, 600 m2 divididos en tres plantas; la planta baja, la única de uso público, tiene 220 m2 dedicados íntegramente al cliente. Los palos de madera crean el mikado y dividen los distintos espacios. La farmacia cuenta con una zona de dietética, un rincón de asesoramiento al paciente, una cabina de estética y un espacio de ensueño para los más pequeños.
El mikado y su desorden armónico ha guiado todo el interiorismo y el diseño gráfico. La iluminación fluorescente del techo, los leds de la iluminación de los mostradores, la reja-barandilla de la fachada, el logo y toda la comunicación visual recuerdan a las varillas chinas dejadas caer sin premeditación. El fresno claro de los palillos se ha usado también en parte del mobiliario, siempre en combinación con el blanco.
madre mia !! qué pasada tiene que ser ir a por unas aspirinas a este lugar!!!
ResponderEliminarAmina
Jaaa, jaa !! Es cierto... yo iría encantada.
EliminarPara que luego digan que no se puede innovar en según qué negocios!!! Habéis mostrado un ejemplo de todo lo contrario!!!!
ResponderEliminarFantástico :)
Muchas gracias Meiga!
EliminarHoy día creo que ya se puede hacer de todo.