La desacralización de las iglesias en hoteles, restaurantes o viviendas particulares, es un fenómeno que se lleva dando en la vieja Europa desde hace años. Aunque en este país, ya sea por mojigatería o falta de interés o dinero, parece que preferimos abandonarlas al deterioro antes que someterlas al sacrilegio de darles un nuevo uso radicalmente distinto y a-confesional. Nosotros lo perdemos, pues el resultado suele ser impresionante como en éste ejemplo en Utrecht, donde una vieja iglesia católica St.-Jakobus fue transformada en una preciosa/espaciosa casa, eso si, algo difícil de templar en invierno supongo.
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