Nada más entrar en la casa, el recibidor art decó te da la bienvenida con su elegante sofá, a juego con el espejo. Dominan el salón, presidido por una sencilla chimenea, los tonos crudos que amplían la luz derrochada por los ventanales. Un delicado toque provenzal lo recorre en una lección de buen gusto que conservó las vigas y la terracota del suelo originales. El toque afrancesado también suaviza el comedor, vestido con lino y seda natural bajo la refinada lámpara de lágrimas.
En el dormitorio, la quietud y la calidez se extienden en la madera de roble y en la suavidad de las alfombras, que limitan la zona de descanso y las dos de lectura, refugios generosos frente a la chimenea y el ventanal.
Las dimensiones son enormes, el jardín posee diferentes terrazas con orientaciones diferentes para disfrutar de ellas durante todo el año
Yo vivo en una masia y la adoro!
ResponderEliminarbesitos
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Qué envidia ...disfrutala mucho !!
ResponderEliminarBesos,
Beatriz.