Este duplex parisino ha sido sin duda amor a primera vista, es como si alguien me hubiera robado mis sueños y los hubiera hecho realidad, sólo existe un fallo en este sueño...y es que la casa no me pertenece pero ya sabemos que los sueños nunca tienen que tener un final feliz y nunca tienen por que cumplirse.
Mi casa ideal se encuentra en un edificio del siglo XVIII, con techos altos, suelos de madera, ornamentos en paredes y techos combinado con un mobiliario sencillo, de lineas rectas con pequeñas dosis de elegantes piezas y modelos clásicos, todo ello con un telón de fondo, una paleta de colores armónicos y elegantes que van desde el gris al marrón.
Esta casa cumple casi todos los requisitos para que sea "la casa perfecta...mi casa", y es que además de encontrarse en un edificcio del siglo XVIII, en la reforma se hizo una ampliación que abarca gran parte de una antigua fábrica anexa que se contruyó posteriormente, y el resultado fue este maravilloso dúplex de amplias estancias donde se mezclan lo antiguo con lo moderno y lo clásico con lo industrial.
Por sacarle algún pero, podría decir que no estoy del todo conforme con la forma y materiales empleados para la escalera, el baño tampoco me termina de encajar, odio los alicatados, y la cocina puede pasar pero no es la que yo hubiese elegido.
Y es que como dijo Calderón de la Barca
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
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