jueves, 24 de mayo de 2012

Cuando hay química entre fotógrafo y modelo

En ésta ocasión, una vez más (véase también <este> post), la arquitectura y la fotografía se dan la mano para sacar lo mejor de cada una. Y es que reconozco que cuando vi las imágenes tomadas por FS+SG de esta casa (Casa Candeias) que hizo Joao Luís Carrilho Da Graça para su hermana, me quedé impresionado. No soy ningún experto, sin embargo pude apreciar la calidad técnica y compositiva de éstas imágenes: las elegantes líneas fugadas, la inusual aunque efectiva composición pictórica entre cielo y arquitectura, el rico y misterioso rango tonal crepuscular, incluso el singular contraste entre la nitidez de la imagen congelada y el fugaz movimiento de sus personajes. Fue entonces, analizando las bondades de las fotografías (y deliberando si las debía enmarcar o no), cuando me dí cuenta de que la arquitectura (y el paisaje) retratados algo tenían que ver con el optimo resultado de las mismas. La sencillez manifiesta y sin complejos de una casa con patio abierto al sur, un árbol y agua para reflejar la luna (y para darse un baño nada mas levantarse de la cama, directamente desde la ventana del dormitorio), la pureza de lineas enfatizada por aberturas sin marcos (ocultos en paredes) que invitan a entrar y salir libremente como si fuera una enorme terraza cubierta (por cubierta plana pero no horizontal). En definitiva, una arquitectura que se gustó ante una cámara que, disparo tras disparo, supo encontrar el momento mágico y excitante de la inspiración.










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